A poco de debutar en primera Pascualito se convirtio en la gran promesa del fútbol argentino en sus comienzos en Independiente. Campeón de la Supercopa, donde a base de goles y buenas actuaciones llegó incluso a jugar con la selección Argentina. Fué quien convirtió el primer gol de la Seleccion de Passarella, y poco después transferido al Inter de Italia junto a Javier Zanetti por 6.550.000 dólares, todo con solo 21 años.
El "avioncito" (mote referido a la forma que tenía para celebrar sus goles) no llegó a jugar ni un minuto en el Inter a causa de varias lesiones.
Rápido pero escuálido delantero, fichó por el Zaragoza la temporada 95/96 junto con su amigo Gustavo López.
Debutó en Liga en un partido ante el Valladolid correspondiente a la jornada 17 de la temporada 95/96 que vencerían los maños por 5-3, siendo el autor de uno de los goles y una de las figuras de aquel encuentro, como bien relata la crónica aparecida en el diario El Mundo: "Sebastián Rambert tardará


Tras su estruendoso debú y con la mayoría de los niños aragoneses imitando el avioncito en cada uno de los recreos, el bueno de Pascualito completó una impresionante racha convirtiendo 3 goles en 5 partidos (1 de ellos nada más y nada menos que al Real Madrid).
Tras eso y con el listón muy alto, poco a poco fue apagándose su estela y su fútbol, al tiempo que en los patios de los colegios los infantes comenzaron a preferir imitar e idolatrar los gestos de un jovencísimo Fernando Morientes dejando de lado a un Rambert dedicado a pelear por un puesto en el once con Dani García Lara. Otros 2 goles más en 15 partidos de Liga y 5 de Copa completan su pobre y olvidable bagaje por nuestro fútbol antes de regresar a su país para iniciar una clara cuesta abajo física y deportiva que le hizo deambular sin éxito por Boca (apenas un hat-trick a River en un clásico de pretemporada), River, Iriaklis FC (Grecia) y Arsenal de Sarandí, antes de retirarse en 2003 a la temprana edad de 29 años.
Hay quien dice que Sebastián Rambert quedó gafado para siempre a raíz de un anuncio que rodó en pleno apogeo mediático-futbolístico cuando estaba en Independiente en el que le convertía un gol (por toda la escuadra) a Dios, algo que parece quedar demostrado vista la tremenda racha de fracasos deportivos que encadenó el bueno de Pascual tras eso: Inter, Zaragoza, Boca, River, Iriaklis y Arsenal.
Tras su retirada en 2004, pasó a formar parte del equipo técnico del Arsenal de Sarandí, y de allí fué segundo entrenador de Ramón Díaz en San Lorenzo de Almagro.
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